"Ese instante en el que la vida se detiene de repente para que yo la capture con mi máquina"

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Tras mi foto, ¿Por qué?

TRAS MI FOTO es el motivo que me ha llevado a compartir con el mundo algunas de las aficiones que más llenan mi vida y que ocupan gran parte de mi tiempo libre.
La fotografía y la escritura me proporcionan la libertad que necesito. Con ellas expreso mis sentimientos, mis vivencias y mis inquietudes.
TRAS MI FOTO es un baúl, el cual iré compartiendo y llenando, poco a poco, paso a paso y foto a foto.
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miércoles, 12 de agosto de 2020

 





Un deseo.


“No sé si volveré otro año, no sé si las fuerzas, la salud o cualquier otra circunstancia me lo impedirán, pero eso será otra cuestión que abordaré más adelante.”, pensaba unos pocos minutos antes de que su reloj le avise del comienzo de un nuevo día. 

Son las seis de mañana y camina hacia la ventana que ilumina la habitación con la luz de un nuevo amanecer. 

Hace una mañana fría y los cristales gotean sutilmente tras la lluvia caída la pasada noche.

La luz del sol despunta con fuerza sobre el horizonte, iluminando la enorme cadena montañosa que está frente a su vista, ante un cielo totalmente despejado de nubes.

Le viene a la memoria la imagen del Pico Rando, el mismo que veía diariamente y con nostalgia el joven Daniel El Mochuelo, antes de ir a la ciudad a progresar.

La desigual silueta da forma a un extraordinario espectáculo natural donde las cumbres parecen competir unas con otras por ser la más elevada, esbelta y majestuosa.

Contempla el cadencioso cambio de luces y sombras asomado ahora a un pequeño balcón de la habitación mientras la ciudad, poco a poco, parece ir desperezándose de la pasada noche.

Apoyado sobre la forja húmeda y fría del pasamanos, sólo y en silencio le llegan a la memoria algunos recuerdos de los últimos meses.

De su bolsillo extrae un pequeño papel doblado y bastante arrugado. Es una pequeña carta, aún sin terminar, que comenzó a escribir pasados los duros e inolvidables meses de aislamiento.

...

“Han pasado poco más de cien interminables días, tres meses de confinamiento, un estado de alarma y, en este momento, nos encontramos inmersos en lo que los técnicos sanitarios y demás personas instruidas han denominado “estado de nueva normalidad”.
Parece ser que hemos superado esta terrible pandemia del COVID-19, o eso es lo que nos están haciendo creer, aunque seguimos expectantes a las incesantes y desiguales noticias que se suceden cada día.
Continuamos sin saber exactamente cómo y con qué virulencia ataca este virus y quien es factor de riesgo.
El escenario en las calles de todas las ciudades ha cambiado y desde hace un tiempo las mascarillas, guantes, procedimientos de desinfección, controles de temperatura, limitaciones de aforo y distanciamiento social, se han convertido en una situación normalizada provocada por la peligrosidad de este virus que se contrae tan rápida y fácilmente entre la sociedad.
La ansiedad, el estrés, la depresión, el miedo y tantos otros trastornos han dejado una sociedad maltrecha económicamente, con graves problemas de precariedad laboral y un ambiente social extremadamente enrarecido e irascible.
Una situación muy difícil de sobrellevar mientras arrastramos cada día las duras secuelas que ha ido dejando en muchas personas esta situación.
Se temen los rebrotes, los nuevos contagios, los colapsos hospitalarios, el aumento en la cifra de fallecidos y la posibilidad de que se vuelva a establecer un nuevo estado de alarma y un posterior confinamiento.
A la espera de la deseada vacuna, los gobiernos lanzan ideas y propuestas, muchas de ellas carentes de sentido común, sin lograr conocer el potencial de este pequeño e invisible enemigo que tantas muertes ha causado y sigue causando por todo el planeta.

La desconfianza de un futuro próspero es demasiado evidente y ahora, más que nunca, hay que valorar y aprovechar el presente más inmediato.”

Una vez más, dobla y guarda la incompleta carta en su bolsillo, mientras el sol impregna de luz el mirador y las enormes montañas lucen todo el esplendor posible.

Hoy siente que todo es diferente y que está donde deseaba estar, en libertad, en paz y en armonía consigo mismo.

Hoy toca cumplir su sueño y en su mente está que lo va a conseguir. 

Será una nueva ascensión a la cima de la montaña más enigmática y simbólica que conoce. 

El Pico Veleta con sus más de 3000 metros de altitud es su emblema de libertad como era para El Mochuelo su Pico Rando.

Hoy, aunque todavía inmerso en una situación muy convulsa y preocupante, aprovechará para ser feliz y sobre todo sentirse libre.

Después de todo es su deseo.





Datos EXIF (XT-30 - 100 ISO f/7.1 - 1/800 sg)

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