Un deseo.
“No sé si volveré otro año, no sé si las fuerzas, la salud o cualquier otra circunstancia me lo impedirán, pero eso será otra cuestión que abordaré más adelante.”, pensaba unos pocos minutos antes de que su reloj le avise del comienzo de un nuevo día.
Son las seis de mañana y camina hacia la ventana que ilumina la habitación con la luz de un nuevo amanecer.
Hace una mañana fría y los cristales gotean sutilmente tras la lluvia caída la pasada noche.
La luz del sol despunta con fuerza sobre el horizonte, iluminando la enorme cadena montañosa que está frente a su vista, ante un cielo totalmente despejado de nubes.
Le viene a la memoria la imagen del Pico Rando, el mismo que veía diariamente y con nostalgia el joven Daniel El Mochuelo, antes de ir a la ciudad a progresar.
La desigual silueta da forma a un extraordinario espectáculo natural donde las cumbres parecen competir unas con otras por ser la más elevada, esbelta y majestuosa.
Contempla el cadencioso cambio de luces y sombras asomado ahora a un pequeño balcón de la habitación mientras la ciudad, poco a poco, parece ir desperezándose de la pasada noche.
Apoyado sobre la forja húmeda y fría del pasamanos, sólo y en silencio le llegan a la memoria algunos recuerdos de los últimos meses.
De su bolsillo extrae un pequeño papel doblado y bastante arrugado. Es una pequeña carta, aún sin terminar, que comenzó a escribir pasados los duros e inolvidables meses de aislamiento.
La desconfianza de un futuro próspero es demasiado evidente y ahora, más que nunca, hay que valorar y aprovechar el presente más inmediato.”
…
Una vez más, dobla y guarda la incompleta carta en su bolsillo, mientras el sol impregna de luz el mirador y las enormes montañas lucen todo el esplendor posible.
Hoy siente que todo es diferente y que está donde deseaba estar, en libertad, en paz y en armonía consigo mismo.
Hoy toca cumplir su sueño y en su mente está que lo va a conseguir.
Será una nueva ascensión a la cima de la montaña más enigmática y simbólica que conoce.
El Pico Veleta con sus más de 3000 metros de altitud es su emblema de libertad como era para El Mochuelo su Pico Rando.
Hoy, aunque todavía inmerso en una situación muy convulsa y preocupante, aprovechará para ser feliz y sobre todo sentirse libre.
Después de todo es su deseo.
Datos EXIF (XT-30 - 100 ISO f/7.1 - 1/800 sg)