"Ese instante en el que la vida se detiene de repente para que yo la capture con mi máquina"

La fotografía es ADMIRAR LO COTIDIANO

La fotografía es PLASMAR HISTORIA

La fotografía es captar el MOMENTO ADECUADO

La fotografía es ARTE, PASION Y SENTIMIENTO

La fotografía es DELICADEZA Y SENSIBILIDAD

La fotografia es PACIENCIA Y ARMONIA

La fotografía es SABER ESPERAR

Páginas

Tras mi foto, ¿Por qué?

TRAS MI FOTO es el motivo que me ha llevado a compartir con el mundo algunas de las aficiones que más llenan mi vida y que ocupan gran parte de mi tiempo libre.
La fotografía y la escritura me proporcionan la libertad que necesito. Con ellas expreso mis sentimientos, mis vivencias y mis inquietudes.
TRAS MI FOTO es un baúl, el cual iré compartiendo y llenando, poco a poco, paso a paso y foto a foto.
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miércoles, 19 de octubre de 2022

 

Hoy he tenido el honor de recibir en mi estudio a una persona excepcional, a Agustín Cayuela Fernández, mi querido amigo “Gus”.

Agustín es una de las personas más especiales e interesantes que he conocido en mi vida. Es diferente al resto por su forma de ser y de comportarse con los demás. Evidentemente todos los seres humanos somos diferentes, pero hay personas que, por unas u otras razones, los hacen aún más y ese es Agustín.

Agustín es un hombre cordial, amable, educado, fiel, leal, serio, responsable, soñador y tremendamente luchador.

Agustín se ha hecho a sí mismo, gracias al fruto de su trabajo y dedicación, y a la increíble confianza que tiene en su potencial y capacidad de trabajo para proyectar sus ideas y sus principios en hechos reales.

Su lucha y trabajo en conseguir lo que se propone es envidiable y todo eso es gracias a su preparación, trabajo y, repito, confianza en sus posibilidades.

Escuchar a Agustín supone un regalo para los sentidos, su convicción y seguridad en las palabras que salen de su alma y de su boca son extraordinarias y, al mismo tiempo, rezuman paz y tranquilidad.
No levanta la voz, no se exaspera y escucharlo es como un paréntesis en la vida donde su tono de voz se hace bálsamo y no deseas que concluya nunca.

Agustín no dice lo que piensa, él piensa lo que dice, y mientras persiste ese intervalo de tiempo cierra sus ojos y agacha su cabeza concentrando todas sus energías en expresar lo mejor posible lo que piensa.
Es una persona creativa que sueña con conseguir grandes objetivos pensando muchas veces en el bien de la sociedad para favorecer el crear un mundo mejor.

Ecológico hasta la médula disfruta de la naturaleza y de su gran pasión, la que ha llevado hasta el extremo, la bicicleta.

Ha hecho de la bicicleta su medio de transporte habitual y resulta extraño verlo alejado de ella.

Apuesta ciegamente como el medio de sostenibilidad más importante que existe y reúne todo sus esfuerzos profesionales, personales y deportivos en que la bicicleta alcance ese rol para poder hacer una sociedad más justa, más equilibrada y sostenible.

Agustín es de las personas que calan profundamente y con la que uno se siente cómodo y tranquilo mientras te habla. Sabe escuchar y respetar los tiempos de la comunicación, aspecto tan olvidado últimamente en nuestra sociedad.

Retratar a Agustín ha sido una enorme sesión terapéutica para mí donde la cámara fotográfica ha hecho su trabajo captando el rostro sereno, en paz y sincero de una buena persona. Una persona buena de verdad.

Gracias Gus.



miércoles, 29 de diciembre de 2021

 


Hoy ha visitado mi estudio una persona vital en mi vida, MI PADRE.
Un hombre con templanza, serenidad, educación, sabio, discreto y cabal.
Siempre lleva consigo sus llaves recogidas en un viejo llavero de plata con el símbolo de los tres monos sabios representando, el que yo considero, significado de la sabiduría, "VER, OIR y CALLAR".
Desde muy pequeño me inculcó esos tres valores y a día de hoy sólo conozco una persona que los lleve a cabo, EL, MI PADRE. Y por eso lo quiero y admiro tanto.

 




Ayer visitó mi estudio la persona más importante de mi vida, MI MADRE.

Una gran responsabilidad y un reto poder extraer, a través de la cámara de retratar, lo que ella es y lo que representa para mí. Fuerza, ternura, personalidad, honradez, templanza, nervio...

A través de toda la sesión fui recogiendo, poco a poco, cada una de sus virtudes para, al final, obtener la imagen que estaba buscando.

Sencillamente ELLA.

Así es mi madre

miércoles, 8 de diciembre de 2021


Añoranza.


 

“Ahora estoy en la época de mi vida en la que siento que el tiempo pasa mucho más rápido que de costumbre. Tal vez por la dichosa pandemia, por los achaques personales o simplemente por los años que se van acumulando inexorablemente, siento que algunos aspectos fundamentales de mi vida van cambiando”, me dijo aquel hombre.

Tengo la necesidad de poder recordar algunos fragmentos de mi infancia y de mi juventud. Necesito recorrer los lugares por donde solía ir con mis padres o con mis abuelos y dar un poco de luz a esos recuerdos que se manifiestan muy vagos en mi mente.

Camino por el barrio donde viví mis primeros años y ver el edificio donde residía, me emociona tocar sus paredes de piedra y apretar con mis manos la gran puerta de hierro que da entrada al zaguán con sus escaleras de mármol jaspeado blanco y negro.

A veces me cuesta pensar que, tras esa pesada puerta, la misma pesada puerta de siempre, empezaban y terminaban mis historias de cada día.

Recorro el gran jardín con el que iba con mi padre casi todos los días a jugar y arrojar pequeñas piedras, que él pacientemente recogía y me daba, a un gran estanque lleno de peces y con mucha vegetación alrededor y decorado con un friso de piedra culminado con pequeñas figuras de animales.

Acudo al lugar donde comencé mi preparación académica y lo que antes era un centro educativo y tras haber estado durante mucho tiempo cerrado y abandonado a su suerte, ahora es un moderno restaurante que ha machacado de cuajo la historia de aquel lugar.

Transito las estrechas calles del viejo barrio que ya no es lo que era pero que, en mi recuerdo, sigue estando tal y como eran hace casi ochenta años. Me emociona visitar la iglesia y admirar las distintas imágenes escultóricas que allí se encuentran y recordar, como cada año previo a la Semana Santa, veía emocionado todos los tronos de la procesión de mi barrio de siempre.

Me gusta escuchar el toque de campanas que, acompasadamente, avisan de los diversos actos religiosos y que, si no me equivoco, son los mismos de cuando vivía en aquel barrio.

Paseo por los jardines que aun existen y donde jugaba con mis padres y aunque muchos ya no están, recuerdo sus zonas de juego y su arbolado.

Camino por las viejas plazas peatonales que existen aún donde, con algunos compañeros de colegio, íbamos a disfrutar jugando al “pillao”, a las chapas, a la peonza y a otros tantos juegos que había en aquellos tiempos.

Visito el viejo quiosco, lugar de reunión tras las clases del colegio y donde comprábamos algunas golosinas que compartíamos con los compañeros.

Veo que todavía está, en la pequeña placeta frente al colegio, la misma farola donde quedábamos, al salir de clase, para “ajustar cuentas” tras algún altercado dentro del colegio y darnos algunos infantiles puñetazos y empujones para dejar las cuentas saldadas y volver a ser amigos y compañeros nuevamente.

Siento la necesidad de recorrer aquellos lugares y acercarme a ellos para recordar mi pasado, reubicarme y volver a reencontrarme con mis raíces, si es que alguna queda.

Continuaré visitando más lugares por los que, en otros tiempos pasé, y siempre que las “fuerzas” hagan el favor de acompañarme en este camino, me dijo cogiéndome del brazo.

Se levantó y lentamente se marchó de allí.

Hoy todavía creo que lo de aquel hombre es como si de una despedida se tratara o una forma de saldar alguna deuda pendiente consigo mismo.

Sólo el lo sabrá.

Datos EXIF : XT-30 - ISO 200 - F5.6 - 1/125



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