Sentido común.
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En la época que me ha tocado
vivir, he coexistido con el final de un régimen dictatorial, posteriormente un difícil periodo
de transición política y social y finalmente una electa democracia, la cual ha venido acompañada
de un marcado sistema político bipartidista unas veces, pluralidad
de ideales en otras ocasiones, revoluciones sindicales y colectivas, etc. etc.…
Actualmente los cambios políticos y sociales
son constantes, las crisis económico - financieras frecuentan
unos países y otros, provocamos guerras, desarrollamos desastres naturales, evadimos, imputamos, juzgamos, masacramos, robamos…
Es para sentirnos "orgullosos" de todo ello.
Es para sentirnos "orgullosos" de todo ello.
Y es que la
democracia y la libertad nos han traído una serie de cambios que, aunque con
dificultad, estamos superando poco a poco para acomodarnos a estos tiempos.
Lo que no quita es que la sociedad está
revuelta y los sistemas creados no han encontrado ese punto de equilibrio que necesitamos para poder vivir
en un mundo libre, de respeto y en paz.
No hay más que ver cómo la gente
está deseosa de mandar, de pisar, de trepar, de imponer su razón.
Hemos perdido el respeto hacia los demás, estamos faltos de valores, no acatamos las normas
básicas de convivencia. Las atacamos.
Hemos perdido hasta el más común de los sentidos, el SENTIDO COMÚN.
Hemos perdido hasta el más común de los sentidos, el SENTIDO COMÚN.
La intolerancia es un terrible
azote en la sociedad actual y hemos llegado a crear una especie de monstruo dialéctico
a nuestro alrededor en el que no defendemos nuestras ideas o principios, sino
que atacamos salvajemente, y con extrema virulencia, los ideales del otro y
todo porque éstos no coinciden con los propios.
Aprovechamos cualquier
oportunidad para arremeter, para insultar, para humillar, para hundir y
desprestigiar gratuitamente, sin aportar argumentos válidos que defiendan
nuestras hipótesis.
“¡¡¡Esto es así porque lo digo yo!!!”,
“¡¡¡No hay más que hablar!!!”, “¡¡¡Tu de eso no entiendes!!!!”, ¡¡Y tu más!!...
Y es que hasta el proceso básico
de comunicación se está viendo menguado claramente. Hablamos pero ni escuchamos
ni respetamos al otro.
No hay más que atender a algunas
tertulias, televisivas o de radio, en las que el moderador no es más que un indefenso “mojón”
entre tanto aguerrido “tertuliano”.
Narrador : "Comienza la cruenta batalla y el tertuliano UNO toma la palabra y se dispone a hablar. Rápida e insistentemente interviene el tertuliano DOS que tras repetidos intentos consigue arrebatarle la palabra al tertuliano UNO y así frenar con ardoroso ímpetu su intervención."
Narrador : "De repente el tertuliano TRES ataca y consigue dominar la situación hablando más fuerte que el tertuliano DOS para hacerse oír. A continuación el tertuliano CUATRO contraataca chillando y arremetiendo duramente contra el tertuliano UNO, DOS y TRES e impone sus razones al mismo tiempo que cambia de asunto porque el tema inicial, propuesto por el MOJÓN no le interesa en absoluto".
Narrador : "Pasan los minutos y el “MOJÓN” sigue sin intervenir. Los decibelios van aumentando y superando lo tolerable por cualquier oído humano y, como no podía ser de otra forma, lo que en principio iba a ser una interesante tertulia, ha llegado a convertirse en un bochornoso “griterío” en el que unos tertulianos y otros se arrojan sin piedad sus “dialécticas flechas envenenadas”.
Narrador : "¡¡¡Y llegamos al final de esta tertulia!!! Gracias por vuestra asistencia.
Y es que da igual el tema del que se trate. Política, deporte, sociedad, cultura… es lo mismo. Lo que yo diga es lo que vale. Y PUNTO!!!
Ricardo López Rubio
(Datos EXIF - D7100 - ISO 100 - 30mm - f/6,3 - 1/400 sg)